El Pedacillo
Los años 80 eran tiempos de gran afluencia de hermanos en El Pedacillo, los mayores trabajando en el campo con Anacleto, el tractor oruga, mucho polvo y operarios terriblemente afectados por las alergias.
Las comidas giraban en torno a los cultivos del momento. Los más emblemáticos fueron los espárragos, brócolis, patatas y frambuesas. Todos ellos dieron origen a muchas preparaciones, en la mayoría de los casos se llegaba a agotar la imaginación y terminaban, literalmente, hasta en la sopa.
Se cultivaban en la cochera, en troncos de chopo y en un ambiente de poca luz y mucha humedad.
Dieron origen a varias preparaciones:
- Al horno, en una plancha con un poco de aceite y se les echaba pan rallado y ajo por encima.
- Revueltos
- Sopa, tal vez la menos apreciada.
Se sembraba siempre en Viernes Santo. Acompaña a muchas de las recetas como un valioso complemento.
Mamá lo pica en un vaso con una tijera, siempre hay una tijera en la cocina de Mamá. Una vez picado se puede guardar en el congelador.
De la huerta se sacaba de todo, berenjenas, calabacines, vainas… pero tal vez lo que más grabado esté en el imaginario familiar sean los tomates. Estaban riquísimos, quién no bajaba la cuesta, y al pasar al lado de la huerta no sucumbió a la tentación de agarrar un tomate y comerlo directamente con sólo una lavadita con la camiseta? De ahí venían los problemas de “morreras” que nos afectaban, especialmente a Iñigo.
Los tomates los comíamos en ensalada, en un gazpacho que era un zumo de tomate con otras cosas y principalmente en la magnífica salsa de tomate.
Todos los restos de licuado o limpieza de los vegetales de la huerta formaban parte de otra receta clásica, esta vez para alimentar a los patos y ocas de “la isla”, se tratade la famosa “Cherrijana”. Esta receta, entregada al compás de la tonada de silbidos que había inventado Miguel, era recibida con gran algarabía y agradecimiento por parte de toda la colonia.
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